"Si se desea, busca y recibe al hijo con amor es imposible no experimentar al mismo tiempo sana y genuina alegría...La alegría es la emoción que, espontánea e inevitable, emana cuando estamos en contacto con lo valioso. Que se vivencie y celebre con sentida alegría la presencia del hijo es dejarle, con luminosa claridad, la impronta, de una vez y para siempre, de lo valioso que él es. Esto, luego abonará su humildad, no su vanidad; expedirá su ser, no su egolatría; acrecentará su confianza en sí mismo, no su soberbia.
Como la alegría genuina está en orden a aquello que nos colma de sentido, cuando se la experiemnta ante la existencia primigenia del hijo, él queda incorporado como protagonista primordial en el escenario del sentido de la vida."Fuente: Catellá, Gabriel, Jorge. La concepción y el sentido de la existencia: Teoría del programa de vida I
Nuestra Señora de la Leche y el Buen Parto. Marian Library in Dayton
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